Un médico de medicina interna y atención primaria de calidad merece la espera

Una queja frecuente entre los pacientes es el tiempo que pasan esperando a ser atendidos por su médico. A menudo, un paciente puede esperar hasta una hora después de la hora prevista para su cita. En estos casos, los pacientes pueden sentirse frustrados por el retraso y optar por elegir otro médico. Aunque los tiempos de espera son motivo de preocupación, un médico de medicina interna de calidad bien merece la espera.

Objetivo de la visita al médico

Las diferencias entre un buen médico y otro que hace demasiado hincapié en el aspecto comercial de su consulta son importantes. El objetivo de visitar a un médico es recibir el mejor tratamiento y asesoramiento posibles. Muchas veces, obtener la mejor y más completa atención disponible significa una visita que se extiende más allá del tiempo previsto durante la programación. Un paciente puede elegir un médico que haga hincapié en la eficiencia de la programación por encima de todo, pero si lo hace estaría comprometiendo su capacidad para recibir una atención adecuada.

La espera merece la pena

Las razones de los retrasos mencionados son tan numerosas como significativas. Muchas veces un médico se retrasa con un paciente porque se necesita más tiempo para asegurarse de que el paciente está suficientemente informado sobre el estado de su enfermedad o lesión. Asegurarse de que un paciente tiene claro su diagnóstico y pronóstico es una forma de garantizar que seguirá el régimen de tratamiento prescrito. Siguiendo las órdenes del médico, el paciente tiene más esperanzas de recuperarse.

Entre los factores y procedimientos que contribuyen a una agenda sobrecargada figura que el médico dedique tiempo a escuchar al paciente antes de llegar a un diagnóstico. Un médico tiene que ser capaz de comunicarse eficazmente con un paciente para discernir la situación médica precisa. Después de escuchar las quejas detalladas y específicas de un paciente, un médico tendrá que hacer a menudo varias preguntas para determinar la causa exacta de la enfermedad o lesión del paciente. Incluso después de interrogar y escuchar detenidamente al paciente puede que no se determine la causa exacta de la lesión o enfermedad. En estos casos, es necesario realizar más pruebas y es probable que la visita sea más larga de lo previsto.

Consultar a un especialista

En algunos casos, un médico puede necesitar la consulta de un especialista. Consultar a un especialista -incluso dentro de la misma consulta- es otra parte de la prestación de una atención de calidad que puede dar lugar a un solapamiento de horarios. Los especialistas son importantes porque pueden aplicar sus conocimientos específicos y su experiencia de un modo que los médicos generales no pueden igualar. Sabiendo esto, un internista puede optar por utilizar la experiencia de un especialista como parte de una estrategia global para administrar la atención más completa y eficaz posible.

Otras razones de los retrasos de los médicos son tener que dedicar tiempo a revisar los resultados de exámenes críticos. Cuando un médico administra u ordena una prueba, la clave de la precisión está en el análisis de los datos devueltos. La diferencia entre el resultado de una prueba bien leída y otra que se ojea o ignora precipitadamente puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Incluso en situaciones menos críticas, la revisión minuciosa de los resultados de las pruebas dará al médico la oportunidad de hacer un pronóstico preciso y reducirá el tiempo que el paciente tendrá que pasar bajo el cuidado de un médico. De este modo, la minuciosidad contribuye a la eficacia y contribuirá a reducir los tiempos de espera en general.

Una vez que el médico ha revisado las quejas del paciente y ha formulado las preguntas adecuadas para acotar el diagnóstico, y ha pedido y analizado las pruebas para determinar la causa específica de la enfermedad, resulta primordial transmitir al paciente la estrategia de tratamiento. No todos los pacientes son iguales. A algunos pacientes se les explican más fácilmente los contornos de su pronóstico, mientras que otros requieren una explicación más simplificada. Las diferencias en los tipos de pacientes implican que un médico debe ser experto en encontrar formas de comunicarse con pacientes de edad, comprensión y nivel de aprensión variables. Algunos pacientes (dependiendo de la naturaleza de la lesión o enfermedad) pueden tener sus propias preguntas. A menudo, un paciente ha comprendido previamente un factor de su tratamiento y decide preguntar al médico o expresar sus preocupaciones sobre lo que ha leído o se le ha dicho. Todas estas variables conducen a una consulta más larga de lo esperado y pueden desequilibrar la agenda del médico.

El otro extremo del espectro es un médico que se centra más en el aspecto comercial de su consulta que en la minuciosidad de la atención que presta. En estas consultas, los médicos pueden tomar atajos para evitar sobrepasar los bloques de tiempo estándar de 15, 30 y 45 minutos que suelen cubrir los seguros. De este modo, los médicos pueden aplicar únicamente la cantidad de tiempo por la que se les compensa -independientemente de las necesidades específicas de los respectivos pacientes- y mantener un horario que sea sistemáticamente exacto. El problema de un acuerdo así es que no se respeta como se merece el razonamiento clave de la relación médico-paciente.

Médicos de calidad

Un médico de calidad no antepone nada a la atención completa y precisa de sus pacientes. Por ello, no es infrecuente que los médicos que valoran la atención por encima de todo puedan sobrepasar su tiempo programado con cada paciente. Aunque los retrasos en el horario pueden causar pequeñas molestias a los pacientes que esperan ser atendidos, lo que se gana teniendo un médico dispuesto a hacer lo necesario para ofrecer la mejor atención y el mejor tratamiento supera cualquier inconveniente.

Al elegir médico, asegúrese de tener en cuenta cuáles son los factores más importantes de la relación. Puede que requiera más flexibilidad por su parte, pero la diferencia de eficacia merece la pena.

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